¿'Santa' osadía?
Opinión Vanguardia Liberal
Manolo Azuero
El tres de enero de este año la Gobernación de Santander y la Corporación Parque Nacional del Chicamocha (Panachi) firmaron un convenio para desarrollar el Cerro del Santísimo en Floridablanca. Allí la Corporación Panachi se comprometió a aportar cinco predios para la ejecución de la obra. Uno de los cinco predios era de la CDMB. Otro, denominado Rosablanca, está parqueado en una Fiducia en comodato a Panachi, antes de cumplirse el traspaso. Los tres terrenos restantes, constituyen un enigma a la sombra del Santísimo.
Los tres predios, supuestamente cedidos por Panachi a través del convenio referido, constituían hace años una sola propiedad denominada “El Porvenir”. Sin embargo, en algún momento, sus propietarios decidieron desenglobar el terreno y de ahí surgieron tres predios distintos, cada uno con su propia matricula inmobiliaria. Y he aquí la ‘santa’ osadía: A 31 de julio de 2013, sólo dos de esas tres propiedades están parqueadas en la Fiducia constituida para transferir los inmuebles a Panachi. El otro predio, el tercero, sigue a nombre de privados. Nunca ha estado a nombre de la Corporación Panachi, ni está siendo administrado por una Fiducia para tal fin. Es decir, unos particulares se estarían quedando con un predio privado en terrenos donde la Gobernación invierte 45 mil millones de pesos.
Hablé con Carlos Fernando Sánchez, director de la Corporación Panachi. Él sostiene que los dueños de “El Porvenir” se comprometieron a venderlo todo por medio de una promesa de compraventa en agosto de 2012. Paradójicamente, aunque el documento que consigna la promesa habla del terreno como si fuese uno en la primera clausula, después confirma que la “tradición” de “El Porvenir” está consignada en tres folios de matricula inmobiliaria distintos, que inevitablemente corresponden a tres propiedades diferentes. Y a hoy, sólo un par de esos folios muestra que se está haciendo efectiva la promesa y dos predios están pasando a manos de Panachi. Pero el otro, del tercer predio, evidencia es la ‘fortuna’ de sus propietarios, que no son todos los santandereanos sino apenas cinco particulares - de la familia Rojas Arias -. Esto consta en certificado expedido por la Oficina de Registro de Instrumentos Públicos. Sánchez alega entonces que los Rojas no han hecho el registro. Pero, ¿Por qué la dilación sólo en un predio? Alguien tiene que justificarla. ¿O está pecando el Santísimo en beneficio de pocos?
