lunes, 15 de octubre de 2012

Cartas sobre la Mesa con el Presidente del PIN


‘El paramilitarismo fue el Estado’: Angel Alirio Moreno, Presidente del PIN.

Foto: tomada de Vanguardia.com

El nombre del movimiento ‘Convergencia Ciudadana’ (conocido como PIN desde 2009) reaparece por estos días en Santander.  Vallas que anuncian  un “renacer claro y transparente” ‘adornan’ el paisaje, una cuña radial informa la reagrupación de Convergencia. El Presidente del PIN, Angel Alirio Moreno, defiende la súbita resurrección de este nombre que cuenta con un reprochable pasado judicial, insignia de la parapolítica.

Manolo Azuero: Usted hasta hace poco fue gerente de Televisión ciudadana en Bucaramanga ¿Qué lo desvela más? ¿El periodismo o la política?

Angel Alirio Moreno: Las dos cosas, es una combinación bonita. Desde que uno ejerza el periodismo garantizando equilibrio, y la política con transparencia y pulcritud.

M.A: ¿Cómo ser gerente de un medio informativo y a la vez presidente de un partido político? Compleja dualidad

A.M: Pude hacerlo porque identifiqué las dos labores. En el canal me aparté de mi condición política, fui una persona abierta a todos los sectores. Se le dio espacio a todos, incluso para que criticaran nuestro propio Partido, y se le quitó esa imagen de que era un canal político.

M.A: Es difícil no pensar que Televisión Ciudadana es la trinchera del PIN en los medios de comunicación locales.

A.M: Puede ser la trinchera editorial pero no la informativa. En mi gestión hubo absoluta libertad y garantía para todos los sectores. Podríamos decir que es una trinchera ideológica y filosófica pero no para la promoción electoral.

M.A: ¿Cuál es la filosofía del PIN?

A.M: Primero el desarrollo de la sociedad, y a partir del desarrollo de la sociedad, el desarrollo del ser humano dentro de la sociedad. Y como tal, la satisfacción de las necesidades materiales del ser humano, para que en sociedad pueda ser feliz.

M.A: Reaparece el nombre de Convergencia Ciudadana en Santander. ¿Regresa el PIN a su ‘empaque’ original?

A.M: Hay una propuesta de retroceder para jugarnos al futuro, repasar en los errores del pasado para no volverlos a cometer y comenzar de nuevo. Entendiendo que casi todas las organizaciones políticas avanzaron en lo que hemos llamado, y las izquierdas llaman, la combinación de las formas de lucha. Se apartaron de las ideologías políticas y se convirtieron solamente en instrumento de búsqueda de poder. La filosofía del Estado se volvió un unísono de trompetas que convocaban a la paz a través de la confrontación armada, y de combatir por la vía de las armas a la insurgencia. Eso rayó en prácticas no adecuadas, la perversidad del Estado permitió prácticas atroces contra la insurgencia y todos los que pensaran distinto a la seguridad democrática. Pienso que eso debe formar parte del pasado, y que las organizaciones políticas deben comprometerse, la nuestra más, en avanzar en el propósito de fortalecer la democracia en Colombia.  

M.A: ¿Cuántas vallas de Convergencia Ciudadana hay en Santander hoy? ¿Quién las pago?

A.M: 12 vallas, el pago corresponde al Partido y a sus aliados.

M.A: ¿Será este un país sin memoria?

A.M: No. Este es un país con memoria, empezando por nosotros, por reconocer cosas del pasado, errores que cometieron las instituciones y sus dirigentes, errores en lo que debemos reparar, y para ello tenemos que basarnos en la memoria histórica.

M.A: ¿Y usted cree que un elector con memoria volvería a marcar un voto por Convergencia ciudadana?

A.M: Si el elector es usted, con quien tengo diferencias importantes, es como pedirle a un Liberal de la década de los 50 que votara por el Partido Conservador. Colombia ha vivido una confrontación histórica liderada por un establecimiento fantasma. Ese fantasma se ha mantenido allí desde los 50, también en los últimos 10 años, y a nosotros nos cargó un catalogo de sindicaciones. Pero nosotros no participamos de prácticas atroces, fue el Estado colombiano. Nosotros sí hicimos política en los sectores donde hubo presencia de la insurgencia y los paramilitares. Y yo siento que ese aparato paramilitar que luego hizo alianzas individuales con actores políticos fue inventando por ese mismo establecimiento fantasma. Hoy sólo gracias a la presión internacional, que no quiere más guerra en este suelo colombiano, rico en biodiversidad, minería y agua, que puede prestarle una serie de servicios al mundo, se le abre espacio a la paz. Aparece esa posibilidad de renacer, de volver a hablar de temas de los que hablamos hace muchos años. Nosotros nacimos como organización política a partir de la Constitución de 1991, de sectores que querían hacer la paz en Colombia; EPL, M-19, sindicalistas; una génesis que tiene un compromiso en la búsqueda de una sociedad diferente.

M.A: Más allá de la aspiración por la paz, y de las condiciones ‘naturales’ de Colombia, en los últimos años exmilitantes de Convergencia Ciudadana han sido condenados por nexos con grupos al margen de la Ley. Entre esas su máximo líder, Luis Alberto Gil, y otros como Oscar Josué Reyes, Luis Eduardo Vives, Juan Carlos Martinez, Alfonso Riaño, Rafael Castillo, Nelson Naranjo.

A.M: Ahí la memoria hay que extendérsela a todos los Partidos. Luis Alberto Gil es un sacrificado de las formas de lucha electoral, él quiere que su caso lo conozca la comisión interamericana de derechos humanos, eso se debe respetar. Alfonso Riaño hizo política en sectores del magdalena medio, precisamente donde germinó la semilla del paramilitarismo en Colombia, eso tendrá que ser motivo de análisis, no sólo desde el punto de vista judicial sino desde el punto de vista sociopolítico. Los otros sindicados, por ejemplo el Señor Naranjo, quien aceptó los cargos, hizo parte de Convergencia pero en la Ley de transfuguismo fue aceptado en el Partido Liberal. Luego el umbral ético se transgredió aquí y allá. El Doctor Oscar Reyes fue candidato al Congreso en el 2006 por Convergencia Ciudadana y en la Ley de transfuguismo se va al Partido Conservador. Lo que le quiero decir es que no es a una sola organización a la que se le tiene que hacer esas imputaciones. Si usted revisa, tal vez el Partido con menos condenados es el nuestro.

M.A: Yo estoy hablando es con el Presidente del PIN, que propone que Convergencia Ciudadana regrese, y por eso le pregunto por los militantes de ese movimiento. Si estuviera frente a Simón Gaviria hablaría de los Liberales. En ese sentido, es un hecho que los cuatro senadores de Convergencia que alcanzaron la mayor votación por el Partido en 2006 terminaron condenados por nexos con paramilitares.

A.M: ¿Cuáles?

M.A: Luis Alberto Gil, Juan Carlos Martinez, Luis Eduardo Vives, Oscar Josué Reyes.

Mmmm

M.A: Convergencia fue un símbolo de la parapolítica.

A.M: No fue Convergencia, fue la política en Colombia, el ejercicio de la actividad política, que se dejó permear de ese fenómeno. No fue una sola organización, está comprobado que no. Hoy la Corporación Arcoíris nos da la razón. Para las elecciones pasadas, y le hablo como Presidente del PIN, yo adopté todas las recomendaciones de las organizaciones internacionales para blindar al partido de candidatos que tuvieran vínculos con algún sector de la ilegalidad. Y si usted observa el informe de Arcoíris, hoy  nosotros salimos bien librados frente a los Partidos de la Unidad Nacional. Allí se colaron un sinnúmero de candidatos cuestionados. No se trata entonces de que para no dejarnos avanzar, siempre se señalen las sindicaciones, porque así no hubiesen podido avanzar nunca el Partido Liberal o el Conservador luego de la estela de violencia en los primeros 50 años del siglo pasado.

M.A: Las faltas que cometieron el resto de Partidos, no excusan las de su organización.

A.M: Por supuesto que no. Lo que yo digo es que usted en un salón de clase, en donde el 50% de los alumnos son indisciplinados y hacen copia, no puede coger a uno solo y mostrarlo ante la sociedad cómo el único que hace copia. Porque eso tampoco es ético y eso es lo que ha querido hacer el establecimiento colombiano con nosotros. Y le repito, ante todo, debe haber un análisis sociopolítico sobre el comportamiento electoral en zonas donde hubo presencia de las autodefensas y de la insurgencia. Hay que mirar las circunstancias que movieron las relaciones con esos grupos. Mirar si los  políticos establecieron relaciones y se reunieron con los paramilitares por un estado de necesidad, pues ellos habían suplantado al Estado, eran en el Estado. Segundo si acudieron a esas relaciones por coacción, porque las autodefensas obligaron a la gente. Y tercero mirar, y este es el evento que se debe penalizar, si lo hicieron por voluntad. En el caso de Convergencia, no se tuvo en cuenta que por ejemplo, las autodefensas habían declarado a nuestros militantes objetivo militar. Y esta una circunstancia de coacción. Ahora creo que es el momento, no de mirar atrás, sino de avanzar hacia un Estado garantista que le brinde seguridad a sus ciudadanos y donde la administración de justicia tenga la capacidad de investigar cuando sus ciudadanos están siendo coaccionados o perseguidos.

M.A: ¿No le resulta legitimo que a la sociedad civil le genere animadversión el nombre de Convergencia ciudadana?

A.M: No le genera animadversión Manolo. Es a un sector de los medios de comunicación que obedecen al poder económico en Colombia, pero no a la sociedad. No le creo a usted cuando me dice que la sociedad civil nos rechaza, mire usted los resultados electorales que reflejan el afecto y el respaldo de la gente por nosotros. No es la sociedad, es la actitud perversa de los dueños del capital y del poder económico y el irrespeto por parte de medios de comunicación a los que les hago un llamado de reconciliación. Debemos abandonar las posturas odiosas y la descalificación.

M.A: Si la gente vuelve a votar por Convergencia Ciudadanía masivamente, me temo que la conclusión podría ser que el colombiano es un elector poco exigente con su clase dirigente.
Yo creo que es una posición supremamente personal, pero con el respeto que usted se merece, esta sesgada por los medios de comunicación.

M.A: Y por la justicia….
De acuerdo a usted se tendrían que acabar todos los Partidos ¿Por qué cual es el pulcro? Pero ese no es el tema. El tema es que hay que permitir que las organizaciones políticas participemos y persuadamos con los argumentos y la retorica a la sociedad.