martes, 26 de abril de 2011

CARTA ABIERTA AL ALCALDE DE BUCARAMANGA - CONTRATO SOBRE EL COLISEO EL BICENTENARIO

CARTA ABIERTA AL ALCALDE DE BUCARAMANGA

Lo instamos a responderle a la ciudad, porque es a nombre de esta que nos dirigimos a usted, convencidos de que la defensa de lo público es un deber elemental y una responsabilidad civil que tenemos que asumir como generadores de opinión en nuestra comunidad.   


ABSURDA CONTRATACIÓN EN LA DOTACIÓN DEL COLISEO EL BICENTENARIO

Respetado Alcalde Fernando Vargas Mendoza,

En octubre del 2007 más de 100 mil bumangueses depositaron un voto de confianza por su nombre. Lo eligieron como Alcalde de una ciudad de inmenso potencial, de gente talentosa y capaz. Casi 4 años después, a  pocos meses de culminar su gestión, Bucaramanga vive un periodo de decadencia. Lo anterior en el marco de una administración pública que bajo su liderazgo navega en un mar de malas costumbres, que reflejan el resquebrajamiento moral de la clase política colombiana.

Como columnistas de opinión de Vanguardia Liberal y periodistas interesados en el bienestar de la región, hemos venido revisando la contratación pública del municipio, hecho  que nos ha llevado a condenar prácticas  que consideramos afectan la transparencia y la rectitud que debe caracterizar la ejecución de los recursos públicos. Hoy de manera directa queremos exigirle a usted una explicación sobre los inevitables cuestionamientos que genera el contrato de compraventa N°014 de 4.121 millones de pesos que tiene por objeto “el suministro y dotación de mobiliario para el coliseo El Bicentenario de acuerdo a las especificaciones técnicas señaladas en el pliego de condiciones”.  Le solicitamos una respuesta concreta, sin excusarse en sus subalternos, asumiendo la responsabilidad mayor de proteger el patrimonio público del municipio.

El contrato N°014 de su despacho, que destina recursos públicos al proyecto, Coliseo El Bicentenario, siembra varias dudas en nuestro análisis:

En primer lugar a la audiencia de adjudicación del proceso de selección abreviada (por subasta inversa), sólo llegó un eventual contratista, de los dos proponentes iníciales. Extraordinariamente uno de los oferentes, CONSORCIO CASA COLOMBIA no se presentó, y a la audiencia del 22 de Febrero de 2011 sólo asistió el contratista HPC Marketing y Eventos SA. Es este último quien obviamente ganó la subasta y se le adjudicó el jugoso contrato  mediante resolución oficial, firmada por un secretario encargado (sí, encargado).

El 23 de febrero de 2011, un día después de la audiencia, el municipio firmó el contrato con HPC Marketing y Eventos SA por un valor de 4.127 millones. Este incluía la adquisición de mobiliario, instalaciones de televisión, instalaciones de sonido, circuito cerrado de televisión, cámaras de seguridad, tableros electrónicos, salas de transmisión, y planta eléctrica. El contrato estableció un risible y escandaloso plazo de ejecución de apenas 10 días.

Sumado a esto y como agravante hay unas declaraciones del director del Instituto de Deportes, entregadas el 24 de Febrero (1 día después de firmado el contrato), donde insinúa que sólo faltan los tableros electrónicos, unas pantallas LED y la silletería ¿Y las instalaciones de sonido,  las cámaras de seguridad, la planta eléctrica, las salas de transmisión? Dudamos que en 24 horas fueran puestas. Todo parece indicar que el contratista llegó antes de firmar el contrato, no obstante le concedemos la oportunidad para que nos aclare esta sospecha.

Siguiendo la línea de lo absurdo, el siguiente capítulo es el más aterrador y cuestiona aun más la dotación del Coliseo el Bicentenario. Las 7.400 sillas con espaldar, incluidas en el contrato, parecen ser dueñas de un costo exorbitante. Las sillas para gradería de color azul, de ciertas medidas, en polipropileno, con anti flama,  aditivo anti UV y cumpliendo normas FIFA fueron compradas e instaladas por un valor unitario de $137,760 pesos y un valor total de 1.017 millones. Inexplicablemente sus funcionarios y usted, Señor Alcalde, con semejante adquisición, se distinguen por comprar las sillas más caras, entre las conseguidas por otros gobiernos locales en el país.

Créalo usted o no, la Alcaldía de Pereira adquirió las sillas con espaldar para gradería, cumpliendo los requisitos FIFA del mundial Sub-20, en polipropileno, de características semejantes a las del coliseo, por apenas $47.792 pesos. La Alcaldía de Armenia por su parte, después de unos estudios previos, definió que el costo unitario de las sillas seria de $52.985. En la capital del Quindío recibieron 15 mil sillas por 811 millones, y en la ciudad bonita adquirimos casi la mitad de las sillas por un valor mayor: 1.017 millones. En promedio, comparando con las otras dos ciudades colombianas, el municipio de Bucaramanga habría incurrido en un presunto sobrecosto unitario de 87 mil pesos, que le habría costado a la ciudad más de 600 millones de pesos. 

Así las cosas Señor Alcalde, le reiteramos como lo hacemos en nuestras labores periodísticas, un rechazo tajante a todas las costumbres administrativas que atentan contra la correcta ejecución de los recursos públicos de Bucaramanga. No encontramos justificación alguna a los altos costos de la silletería, con respecto a las ofertas del mercado. Nos parecen incongruentes las características del contrato: el corto plazo de ejecución, la baja participación de proponentes, la improvisación en la apertura del proceso contractual, y por supuesto los presuntos sobrecostos bajo el que se pactó. Lo instamos a responderle a la ciudad, porque es a nombre de esta que nos dirigimos a usted, convencidos de que la defensa de lo público es un deber elemental y una responsabilidad civil que tenemos que asumir como generadores de opinión en nuestra comunidad.   

Atentamente,

Manolo Azuero F
CC 1098716888
Columnista de Opinión Vanguardia Liberal – Revista Virtual Kienyke

Isabel Ortiz Pérez
CC 41579850
Columnista de Opinión Vanguardia Liberal

Christiane Lelièvre
Ced Ext 180513
Columnista de Opinión de Vanguardia Liberal

Jairo Puente Bruges
CC 7444495
Columnista de Opinión de Vanguardia Liberal

José Manuel Acevedo
CC 80852628
Columnista de Opinión de: Vanguardia Liberal, Portafolio y El Tiempo.

Eduardo Muñoz Serpa
Columnista de Opinión de Vanguardia Liberal

María Paula Romero
CC 35199432
Periodista W Radio

TODO EL SOPORTE DE ESTA INVESTIGACIÓN EN:
MANOLOAZUERO@HOTMAIL.COM 


sábado, 16 de abril de 2011

¡TRAGEDIA MAYOR! - Columna de Opinión @Vanguardia Liberal


Cerca de 3000 millones habrían decapitado de los recursos para el adulto mayor, a través de exoneraciones bastante cuestionables en Bucaramanga y Santander. 

 

Manolo Azuero - manoloazuero@hotmail.com 

El adulto mayor santandereano, habitante de 52 centros de bienestar (ancianatos) y participe de los Centros Vida, es víctima de una tragedia. Esta población vulnerable sobrevive en medio de la indolencia e incompetencia estatal. El escandaloso acuerdo municipal, No 100 de 2009, que rebajó 960 millones de la estampilla para el bienestar del adulto mayor, buscando "estimular" el contratista del Viaducto la 9, es un abrebocas. Hay dos capítulos más, igual de despreciables, que solo perpetuán las condiciones precarias del adulto mayor. Y traen como antagonistas a la Gobernación de Santander, a los diputados, y una vez más abren el telón para que Alcalde y concejales de Bucaramanga excusen lo inexcusable. Esta es la historia:

La gobernación, merecedora de reconocimientos que comparto, sancionó en la Asamblea, la ordenanza 031 de Agosto de 2009, para reglamentar la estampilla para bienestar del adulto mayor. Incluyendo la ley 1276 del 2009, que ordena para aquel rubro, un piso del 2% del valor del contrato. Sin embargo, paradójicamente, en el artículo 5 de la ordenanza, se decidió exceptuar del pago de la estampilla a los contratos de prestación de servicios de mínima cuantía.

Por semejante decisión, solo en 2009 el adulto mayor habría dejado de recibir 682 millones. La gobernación asegura que a través de otros hechos generadores se cubrió esa disminución. Aparente compromiso que no coincide con el testimonio de Ángel Quiñones, representante del adulto mayor. El afirma que no solo esos 682 millones no fueron recaudados, sino que muchos recursos que se recibieron, no se repartieron. Quiñones narra con impotencia, que a los Centros Vida y a los Centros de bienestar, se les adeudan importantes recursos, y que por falta de eficiencia del gobierno, han tenido que recurrir a la tutela. Alega que la tramitologia del Palacio Amarrillo vulnera la constante protección social que requiere la población, haciéndola intermitente e insuficiente.

No obstante, la historia se oscurece más gracias a la administración municipal de Bucaramanga, donde el atropello contra los recursos del adulto mayor es muy grave. Al caso de la Novena, se le suma otro absurdo.

Por negligencia, el Alcalde y el concejo, mantienen vigente, después de la ley 1276, el Artículo segundo del acuerdo 021 de Mayo de 2003. Aquel, donde queda por fuera del cobro de la estampilla, todo contrato de menor valor a 30 salarios mínimos vigentes. Figura, que en la actual Alcaldía, por OPS y "contraticos directos", suma miles de millones de pesos. Celebrados con un impugnable 0% (no 2% como dicta la ley) en el rubro de la estampilla para el adulto mayor. Una exoneración, que sumada al Acuerdo 100, decapito, en casi 2000 millones (a hoy), los recursos para dicha población vulnerable en la ciudad. No en vano, la calidad de vida en ancianatos es nefasta, los alimentos escasos, y algunos han clausurado.

La situación es lamentable. Las conclusiones de ustedes. Los reto a batallar por el adulto mayor. Hablemos:manoloazuero@hotmail.com

lunes, 11 de abril de 2011

La negligencia de la administración publica en Bucaramanga

Como lo habíamos anunciado en la columna "¿Hasta cuando? Señor Alcalde" varios activos de la dependencia de Infraestructura de Bucaramanga se encuentran abandonados. En esa ocasión comentamos sobre una Volqueta Chevrolet modelo 2010, que le costo mas de 120 millones a la ciudad e hicimos referencia a otros elementos. En el proceso Investigativo intentamos ingresar al taller del municipio a  verificar, el abandono, de otra maquinaria en la que invirtieron 1200 millones y de la llamada Escultura "Calentamiento Global", posibilidad que nos fue frustrada. No obstante, con satisfacción los Bumangueses deben recibir el comprobante presentado por el Diario El Frente donde se demuestra una vez mas la ineficiencia y descuido de esta administración en el manejo del patrimonio publico. Falta aclarar la verdad sobre la adquisición de dicha obra. Es contradictorio la versión del Alcalde, que argumenta la donación de la escultura, con el contrato 392 de 2010 por 400 millones de pesos.

sábado, 9 de abril de 2011

Lo más importante - Columna de Opinión @Vanguardia Liberal

Manolo Azuero

Ayer jueves, miles de colombianos marcharon en contra de la reforma a la educación promovida por la Ministra María Fernanda Ocampo. A la movilización le sobran razones. El argumento base de Ocampo, quien considera que la alianza entre la educación pública y el sector privado es necesaria para amortiguar la incapacidad del estado de financiar las Universidades públicas, es de entrada refutable. Si ese es el fundamento, el gobierno Santos está equivocado creyendo que lleva el país hacia la prosperidad democrática. Lo más importante para evolucionar como sociedad hacia una nación con oportunidades, es apostarle al sector educativo. Fuentes de recursos públicos existen, el problema reside en la falta de voluntad del estado y los gobernantes, que como ejecutores del gasto siguen relegando la educación a un simple slogan de campaña y no a un propósito de gestión.



La reforma a la educación tiene puntos favorables que se deben debatir y socializar con la comunidad académica e incluirlos al final si pretendemos convertir las instituciones colombianas en centros de investigación y formación competentes a nivel mundial. Promover actividades conjuntas entre la empresa privada y las Universidades públicas es promisorio, eso no tiene discusión. Fortalecer los existentes y crear nuevos convenios de desarrollo entre los dos sectores es propició para avanzar hacia la economía del conocimiento, aumentar la productividad de la empresa colombiana, generar valor agregado a los productos nacionales y fomentar nuevos fondos para financiar la academia. No obstante, lo anterior no puede confundirse con evadir o minimizar la responsabilidad estatal por la educación pública, como al parecer pretenden los proponentes del ejecutivo.



La invitación a los empresarios e industriales de involucrarse con la académica publica, debe acompañarse de un compromiso por trasladar aun más recursos desde las arcas públicas hacia la educación. La reforma no debe delegar la autentica locomotora del desarrollo, el fundamento debe ser buscar nuevos vagones para enriquecerla, y acelerar la transformación social y económica que necesita este país, si de verdad pretenda erradicar la pobreza y ofrecer oportunidades al talento de su gente. Inyectando nuevos recursos públicos a la educación, aumentando el recaudo para este rubro, y trabajando de la mano con el sector privado para algunos proyectos en particular, puede conducirnos hacia la prosperidad democrática. Congelar el gasto público para la educación, enlazar dicha inversión a un incierto crecimiento del PIB (Articulo 105 de la reforma), y dejar en manos de alianzas con el sector privado gran parte de la futura financiación, nos llevara hacia la antítesis de la promesa del Presidente Santos.



La educación es lo más importante. No es un maquillaje electoral. Es un desafío real que deben asumir los gobernantes y un deber del estado que deben exigir los electores. Hablemos: manoloazuero@hotmail.com

miércoles, 6 de abril de 2011

Antanas Way - Columna de Opinión @Kienyke.com

Por: Manolo Azuero 

Las manifestaciones de la Ola Verde, no eran emocionales como

 muchos  piensan, eran protestas racionales para defender 

principios  fundamentales 

que este país absurdamente ha decidido olvidar. 



Hace un año, a comienzos de abril, Antanas Mockus empataba en las encuestas con la candidata conservadora Noemi Sanín. Los dos lejos del candidato del establecimiento, hoy Presidente: Juan Manuel Santos. Semanas después, Sanín cayó a los últimos lugares y Antanas, promovido por la llamada Ola Verde, resultaba un reto para el oficialismo. Mockus y su propuesta de la legalidad retaron a Santos hasta la segunda vuelta del 20 de junio, día en el cual el elegido del uribismo venció por millones de votos al candidato verde. Hoy, tiempo después, lo que muchos han querido calificar como una falsa ilusión, permanece vigente en el corazón de muchos colombianos. Aquellos que con el documental dirigido por Margarita Martínez, “Antanas Way”, no dejan de conmoverse y claman por un país decente donde el fin no justifique lo medios. Un país donde los fuertes sean quienes respetan la ley, juegan limpio y dicen la verdad.
Muchos dirán que el tema expiró. Que es cuento viejo. Yo me alejo de tal opinión. A Colombia la cae bien hacer memoria y recordar algunos detalles de ese proceso electoral que dejó grandes enseñanzas y permite importantes reflexiones.
El estilo de Antanas es distinto. La campaña Verde fue diferente. La decencia se sobrepuso a cualquier otra tentación estratégica. La responsabilidad de decir la verdad prevaleció frente a la facilidad de endulzar el oído del votante con promesas y mentiras. La razón, en la campaña de Mockus, reemplazó la emoción. Así fue,  mas allá de que ahora muchos pretendan asegurar lo contrario.
Los verdes apelaron a la capacidad de raciocinio de los colombianos y no a las emociones infantiles y vacías que conducen a la nada. Cuando preguntaron por Chávez, Antanas habló de la necesidad del dialogo deliberativo y la creación de una relación de interdependencia con el país vecino. La campaña contraria, la del actual presidente Santos, lo clasificó de comunista, amigo de la revolución bolivariana y enemigo de la patria. Hoy el contrincante de Antanas, nuestro Presidente, es “el nuevo mejor amigo” de las ideas verdes en ese sentido.
Mockus fue racional y honesto. Tuvo la sensatez y el valor para criticar al gobierno del presidente Uribe, invitó a la reflexión sobre algunas prácticas cuestionables del anterior periodo presidencial. De la campaña de la U lo tildaron de débil, enemigo de la seguridad nacional, amistoso con la guerrilla. Santos, con gran oportunismo y manipulando las emociones, defendió a capa y espada la pureza del popular uribismo. Después, ya de Presidente, Santos se puso la camiseta verde y nombró como altos funcionarios del ejecutivo a férreos críticos del gobierno Uribe, como Juan Camilo Restrepo, mientras baila el vals con propuestas interesantes del Partido Liberal, también opositor del uribismo.
El actual Presidente dejó la razón, aquella que manejaba la campaña Verde, para gobernar. En elecciones apeló a las verdades a medias, a las emociones insulsas, a la demagogia, porque para él y sus asesores, a diferencia de Mockus, el fin, si justificó los medios. Para Antanas el objetivo no era ganar las elecciones a cualquier precio. Su misión como candidato era invocar la legalidad y rechazar el todo vale. Las manifestaciones de la Ola Verde, no eran emocionales como muchos  piensan, eran protestas racionales para defender principios fundamentales que este país absurdamente ha decidido olvidar. Aquellos que Antanas y Fajardo no se cansaron de repetir en los debates y las propagandas: La vida es sagrada, la educación es el camino, la verdad la única opción, los recursos públicos son sagrados, la autoridad se ejerce apegados a la ley, el medio ambiente no es decorativo, es parte esencial del desarrollo humano.
Esa bella parásita, como la llama Antanas en el documental, que los colombianos adoptamos como Ola Verde, nos hizo creer a muchos en un país decente, en un país legal. A más de tres millones nos despertó una profunda convicción por una política limpia y pulcra, por una democracia deliberativa y tolerante, por la educación como motor de la transformación colombiana, por un país con oportunidades, por un gobierno donde los méritos personales valen más que las palancas propias del clientelismo y la politiquería. El estilo de Antanas nos hizo soñar en un país donde un presidente pone lo mejor de sí, pero sobre todo convoca a todos los colombianos a poner lo mejor de cada uno de nosotros. Una posibilidad de país en la que sigo creyendo.