viernes, 20 de enero de 2012

Un Colegio nuevo de 4000 mil millones, inaugurado en un festín mediático hace un año, empieza el 2012 penetrado por la desidia. 
¿A caso porque "son del norte" merecen ese destino?

Desidia y más desidia

Autor: Manolo Azuero



En septiembre de 2010 el secretario de Educación Luis Alfonso Montero y el alcalde Fernando Vargas inauguraron el Colegio Villas de San Ignacio, en el Norte de Bucaramanga. En esos días se desempeñaba como Subsecretaria de Educación Claudia Fernández, secretaria (e) del mismo despacho en la Alcaldía de Héctor Moreno y ratificada por ‘Lucho’ Bohórquez en el nuevo gobierno. En el evento, la administración celebró la inversión de tres mil millones de pesos del Ministerio de Educación, así como el aporte municipal de mil millones, para construir y dotar la institución. El colegio les cambiaría la vida a 1300 estudiantes y funcionaría también como sede de la Universidad del Pueblo. Hoy debo decir que nada más falso que tan vistosa promesa. Ni Vargas, ni Montero, ni Moreno, ni Fernández le cumplieron a la ciudad.
En enero de 2011 la institución abrió sus puertas a 1214 jóvenes. ¿La sorpresa? Estaba a medio hacer, la entrega había sido un festín mediático. Durante el año se supo que el servicio de agua era deficiente, que lainseguridad acometía a la comunidad, que las grietas irrumpían la construcción y que la sala de informática funcionaba como bodega de pupitres averiados.  
Meses después, el suplicio prosigue. El colegio inició el año 2012 cargando el lastre dejado por los últimos dos alcaldes. El pasado 16 de enero visité el lugar, hablé con el Rector y los profesores. Sumidos en el desencanto, pero dispuestos “a morir con las botas puestas”, deben recibir a los estudiantes en un “elefante blanco” penetrado por la desidia. ¿La razón?  Una secretaría de falsas promesas, que no ejecutó soluciones serias y con desdén argumentó falta de recursos. Y es que en las administraciones fanfarronas donde la actual Secretaria de Educación laboró, hubo plata para darles jugosos contratos a fundaciones de papel y no para poner a funcionar un colegio inconcluso que sirve a las comunidades  más vulnerables.  
Hoy el futuro de la institución es incierto. El lunes solo se habían inscrito 600 alumnos. Lo padecido llevó a muchos estudiantes a  marcharse. Goteras, grietas y oxido circundan el edificio. Los espacios recreativos son de tierra y piedra, con boñiga y canecas  para quemar la basura que el municipio nunca ha sabido recoger. El mobiliario para los profesores es paupérrimo, el material educativo precario. La sala de informática sigue de bodega, sin computadores. La entrada es un camino de herradura y un coqueteo a  la muerte en plena vía nacional, sin puente peatonal. El cerramiento, un deprimente paredón de zinc, que no garantiza protección a estudiantes y profesores. Y de Universidad del Pueblo, allá nada se ha visto.
¿Se pondrá las botas la secretaria de Educación, Claudia Fernández, para salvar la institución? Como encargada cinco meses en el 2011 y antes como subsecretaria poco logró en ese sentido.
@ManoloAzuero *¿No los indigna esta historia? ¿Acaso porque “son del norte” merecen ese destino?







Fotos de Pastor Virviescas.

1 comentario:

  1. Desafortunadamente de nada han servido este tipo de denuncias ya que el colegio sigue exactamente igual y hasta peor ya que se tuvieron que entregar profesores por la baja de la cobertura y ni señas de soluciones serias por el contrario quienes han pagado las consecuencias son los docentes quienes han luchado desde el primer dia para sacar adelante el colegio y de que les ha servido de NADA ya que solo son cifras ante la secretaria de educación las cuales mueven a su antojo sin importar nada, pero peor aùn LOS ESTUDIANTES TIENEN QUE SEGUIR SUFRIENDO LA INCOMODIDA, ASINAMIENTO y en general las pesimas condiciones en las que tienen que estudiar.........................se agradece la intencion pero........................SERA QUE NADIE LEE ESTAS DENUNCIAS PARA QUIE HAGAN ALGO

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