La discusión de la Reforma a la
Salud tiene que convocar a los colombianos. Y no para llamar ‘asesino’ o
mafioso al Ministro Gaviria, sino para construir un modelo que supla las
deficiencias del sistema.
La
reforma que ya aprobó el Senado, promovida por el gobierno, no es perfecta ni
satisface a todas las partes. Y ningún proyecto cumplirá esas condiciones. Pero
este sí es, en mi opinión, un paso gigantesco hacia la solución. No conozco al
Ministro, no trabajo para el gobierno y, al contrario, he sido crítico del
Presidente Santos en muchas ocasiones. Sin embargo, me gusta la reforma y, así
no sea medico ni estudiante de medicina ni dueño de una EPS, quiero contribuir
a un debate informado con este texto. Intenté ser breve, pero fue imposible.
Incluso quedan temas relevantes por fuera.
La transformación
de EPS a Gestoras, va más allá del nombre
Los
críticos del proyecto han dicho que las EPS sólo cambian de nombre a Gestoras o
Gestores de Servicios en Salud. Eso no es cierto. Precisamente el cambio
estructural de esa figura es una de las cosas que más me gusta de la reforma.
Hoy las EPS recaudan el grueso de los recursos, controlan la liquidez del
sistema de salud y le giran – a veces sólo si les provoca - los recursos a los
prestadores. Si la reforma es finalmente aprobada, las gestoras no van a recaudar
los recursos, ni van a manejar la liquidez del sistema para desviar fondos
públicos a fines privados. La plata pública de la Salud la va a manejar el
Estado con Salud Mía y esa entidad, directamente, le va a girar los recursos a
las instituciones prestadoras de servicios en salud (IPS, para efectos de este
texto: prestadoras). La intermediación financiera se acaba.
¿Qué hacen entonces
las Gestoras (antes EPS)?
Una
intermediación administrativa. Las gestoras van a armar una red de prestadoras
en unas áreas territoriales determinadas y manejaran un número de usuarios. Los
usuarios, nosotros, que estaremos afiliados al sistema vía Salud Mía,
elegiremos libremente la gestora y esta tendrá que garantizarnos el acceso a
los servicios, auditar las facturas de las prestadoras que nos atienden, y
solicitarle a Salud Mía que gire la plata directamente a los hospitales y
clínicas.
¿Van a
tener ingresos las gestoras? Sí. Van a recibir una suma fija (de gastos de
administración) definida según el número de usuarios, valores ajustados por
riesgo, rendimientos financieros, y el cobro de copagos y cuotas moderadoras
(este último prohibido a personas del régimen subsidiado y de bajos ingresos en
el régimen contributivo, evitando que se conviertan en barreras de acceso). La
gestoras podrán ser públicas, pero también privadas o mixtas. La otra
alternativa sería estatizar el sistema y sacar a los intermediarios privados,
pero ahí sí Salud Mía sería un aparato burocrático posiblemente ineficiente.
Lo positivo
ahora es que parte de las utilidades del ‘negocio’ de las gestoras, estarán
atadas a la calidad, a la experiencia de sus usuarios. La sostenibilidad
financiera ya no será el único incentivo de sus ejecuciones. Negar una atención
oportuna y eficaz no será atractivo en términos económicos para las gestoras,
en contraste podría castigar su desempeño. Lo que la reforma llama Sistema de pago por desempeño, es otro
acierto que los críticos más acérrimos no quieren ver. Así como también el
vínculo con el territorio, con las llamadas Áreas de Gestión Sanitaria AGS. Las gestoras que quieran funcionar
en varias AGS, tendrán que tener una unidad de negocios independiente para cada
una y garantizar en esos territorios una red de prestadoras suficiente. Se
acaba el trasteo de pacientes.
Ahora,
sí es cierto que parte de las utilidades de las gestoras serán afectadas por
los saldos que deje el sistema y eso podría llevar a que nieguen los servicios.
Pero con respecto a ese punto hay dos cosas que destacar: En primer lugar, el
ya referido Sistema de Pago por desempeño, mitiga la posibilidad de tal abuso,
también los distintos controles que adiciona la reforma. Y en segundo lugar, ese
es un incentivo para que las gestoras auditen las facturas de manera
transparente y no validen, por ejemplo, sobrecostos mediante los cuales podrían
asaltar el erario. En otras palabras, la reforma propone incentivos
contrapuestos para lograr un equilibrio.
En
adición a lo anterior, la Reforma obliga a las gestoras a varias cosas en
beneficio de sus usuarios:
- La carga de los trámites internos con las IPS para acceder al servicio
- · El montaje de un sistema de información para comunicar los beneficios y la red de prestadoras
- · Rendir cuentas cada 12 meses
- · Publicitar los contratos con las prestadoras
- · La instalación de centros de atención permanente en los territorios que funcionen, y facilitar la información clínica de sus usuarios.
¿Y la integración
vertical?
La
Revista SEMANA dice en menos de tres párrafos que la integración vertical ha
sido nefasta y también que ha sido buena. La Reforma se decide por permitir la
integración hasta el nivel de atención primaria. De esta manera no se descartan
los beneficios que ha traído, por ejemplo en el desarrollo de infraestructura
para las regiones o la reducción de los costos de transacción, pero se mitigan
los riesgos de abusos en la prestación de servicios más sofisticados. No todo
es a blanco y negro, menos un tema tan complejo como este.
El sólo hecho de que quieran acabar la tutela,
es suficiente razón para tumbar la reforma
Otra
cosa que han dicho es que la reforma acaba la tutela. Eso, por supuesto,
aterroriza a mucha gente. Pero es falso. Lo que busca Mi Plan es ampliar los
beneficios, incluyendo las tecnologías y los servicios que hacen parte del
núcleo fundamental del derecho a la salud, muchos hoy por fuera del POS y
recobrados al FOSYGA. De esta manera los colombianos no tendrán que recurrir a
la tutela para acceder a los servicios de salud. No obstante lo anterior, la tutela seguirá vigente en caso de que
los servicios sean negados. Es un mandato constitucional que una Ley ordinaria
no podría tumbar, así el gobierno quisiera. Ahora, Mi Plan sí busca excluir
procedimientos que no tengan fundamento científico. Y eso, en mi opinión, no
está mal.
¿Le parece poquito
que la Reforma le entregue los hospitales a la politiquería?
Algunos
han dicho que dar, a gobernadores y alcaldes, la potestad de nombrar los gerentes
de los hospitales públicos, es entregarle la salud a la politiquería. No estoy
de acuerdo. Creo que seguramente muchos gerentes terminaran siendo cuotas
políticas y no técnicos capaces, pero por lo menos los ciudadanos tendremos a
quien pedirle cuentas. Hoy, por supuesta meritocracia, llegan a los hospitales
gerentes anónimos que no le rinden cuentas a nadie y no asumen ninguna
responsabilidad política por sus ejecuciones equivocadas y corruptas. Si aún
creemos en esta democracia, a pesar de todos sus defectos, permitir que
gobernantes elegidos popularmente designen los gerentes de los hospitales es
apenas lógico.
¿Y entonces que nos
atienda cualquier especialista?
El
déficit de especialistas en Colombia ha llevado a que los servicios que
demandan los pacientes no sean prestados de manera oportuna. La Reforma pone el
problema sobre la mesa, y propone que hospitales acreditados, no cualquier IPS,
puedan formar especialistas. Es una posibilidad legítima para discutir, que no
debería ser satanizada.
También,
la reforma busca que las universidades amplíen los cupos para que más médicos
generales puedan formarse. Francamente yo aplaudo que el gobierno busque
ampliar la oferta de especialistas que hoy está, según estudios, muy por debajo
de la demanda. Además, la Reforma propone un sistema de evaluación único para
el ingreso a especializaciones médicas, en pro de la transparencia y la
igualdad en la oferta de oportunidades de formación. A esto súmenle la mejora
sustancial en las condiciones de la práctica formativa.
Actualización: http://www.eltiempo.com/vida-de-hoy/salud/reforma-de-la-salud-gobierno-retira-propuesta-de-que-hospitales-titulen-especialistas_13161766-4 *Una lástima en mi opinión, porque si Min Salud y Min Educación definían criterios rigurosos para abrir la posibilidad de IPS acreditadas formando especialistas, se hubiese apalancado la reducción del déficit. Creo que evitar que se convirtieran en instituciones de garaje para la formación de especialista, era una responsabilidad de gestión posterior que la Reforma reconocía.
Actualización: http://www.eltiempo.com/vida-de-hoy/salud/reforma-de-la-salud-gobierno-retira-propuesta-de-que-hospitales-titulen-especialistas_13161766-4 *Una lástima en mi opinión, porque si Min Salud y Min Educación definían criterios rigurosos para abrir la posibilidad de IPS acreditadas formando especialistas, se hubiese apalancado la reducción del déficit. Creo que evitar que se convirtieran en instituciones de garaje para la formación de especialista, era una responsabilidad de gestión posterior que la Reforma reconocía.
¡Van a perdonar a
las EPS después de todo!
Los
críticos de la reforma sugieren que el gobierno, después de todo, quiere
perdonar a las EPS. Esa es una manera mal intencionada de ver la propuesta. Así
sea resultado de operaciones irregulares, muchas EPS adeudan millones de pesos
a prestadoras que están en la quiebra o ad portas. La reforma plantea que
entidades gubernamentales puedan comprar la cartera (cuentas por cobrar) de las
prestadoras para resolver sus problemas de liquidez, previo reconocimiento de
la deuda por parte de las EPS. Y eso también me gusta. Los hospitales y
clínicas tendrán acceso a un mecanismo de liquidez para seguir prestando
servicios de manera eficiente y oportuna, y las entidades que compren la
cartera iniciaran los procesos correspondientes para que las EPS y sus dueños
cumplan con las obligaciones. Incluso la reforma plantea que los recursos
adeudados por las EPS puedan ser directamente descontados de los recursos que a
estas les reconozca el Sistema de Seguridad Social, a cualquier título. No veo
cómo está el gobierno “perdonando” a las EPS.
Otra opción sería dejar que los hospitales se quebraran y los pacientes
pagaran los platos rotos.
Otros comentarios
1. Es
absurdo que uno de los voceros estudiantiles invite a la protesta contra la
Reforma a la Salud, que por supuesto es legítima, tachando al Ministro Gaviria
de mafioso. Si un vocero de la MANE habla en esos términos, porque mafioso rima
en una arenga con negocio, es muy posible que el debate se torne irracional. Yo
prefiero los argumentos.
2. No deberían insistir los críticos en que las EPS cambian sólo de nombre. Está bien y es respetable que no estén de acuerdo con la nueva figura de las gestoras, pero decir que sólo se les cambia el nombre es falso, denota que la Reforma no ha sido leída por muchos que protestan. Tampoco deberían afirmar que se podrán formar especialistas en cualquier IPS, se va a acabar la tutela o que Mi Plan reduce los beneficios del POS. Todo lo anterior falta a la verdad, es malintencionado y no corresponde a lo que propone la reforma.
3. No todas
las EPS actuales se pueden convertir en gestoras.
4. Es
contradictorio alegar, de manera simultánea, que hay que sacar a los actores
privados del Sistema pero que Salud mía es un despropósito porque genera
burocracia estatal para la corrupción. ¿Y entonces quien gestiona la salud?
Esta reforma busca un equilibrio entre los extremos.
5. Hay que
seguir debatiendo la reforma. Con respeto y aprecio por quienes piensan
distinto, sin restringir la participación en la discusión de quienes no somos
médicos. Y hay que rechazar de manera contundente la descalificación, la
calumnia y la desinformación.